En muchas ocasiones, he descrito como fue obtuve el personaje de Ranma Saotome en la serie Ranma 1/2, cosa que en algún momento en esta entrada comentaré para aquellos que no lo sepan a ciencia cierta, sin embargo ese extraño que venia de China, tal cual reza el titulo del primer capítulo, desataría en mi una serie de emociones que me dejaron marcado para toda la vida, tanto profesional, como personal.
El primer momento en que le vi "cara a cara" (por así decirlo) recuerdo que temblaba de los nervios ya que dentro de la empresa Audiomaster 3000, este era mi primer protagónico, anteriormente en otras empresas, como Candiani, había tenido la oportunidad de interpretar un estelar, y como ejemplo basta mencionar a Eric Matthews de la serie "Aprendiendo a vivir".
Pesaba en mi persona el encargo muy especial del Gerente de Producción, el señor Felipe Rivera (q.e.p.d) quien me pidió que cuidara mucho el personaje y que le entregara buenos resultados ya que él había decidido otorgarme la oportunidad de hacerlo entre otros compañeros que había sido sugeridos para el papel. Esta parte es algo que siempre contaré y agradeceré, ya que en buena medida esto fue un aliciente para que pusiera especial atención a la personalidad de Ranma.
Otra cosa que debo contar es que Rocío Prado era la directora, y que en pocas ocasiones anteriores había trabajado con ella.
Es decir, yo era un cúmulo de nervios ya que por mi mente y mi corazón circulaban el miedo al fracaso, la posible vergüenza de que no gustara y fuera removido del personaje, cosa que me pintaba en la imaginación un futuro más negro que la noche.
A pesar de todo y con ayuda de algunos compañeros, la directora, y ese simple principio que había aprendido en mi vida y que había confirmado en el teatro, "entrégalo todo hasta el último aliento"fue que salí airoso del primer contacto con aquel extraño.
Poco a poco, capítulo a capítulo, ese extraño se fue convirtiendo en alguien familiar, y de pronto comenzó a tener algo de mí y yo de él.
Cierto que solo fue la voz, pero el ejercicio de la actuación para mi, ya sea doblaje, teatro, televisión, cine, en lo personal, (y esto es algo que trato de enseñar a mis alumnos) conlleva entregarse en alma, cuerpo y espíritu, comprometerse de un modo que el personaje adquiera vida propia y logre romper esa cuarta pared, esa pantalla donde está y llegue a la mente y al corazón de quién lo observa.
Ranma, además del impulso a mi carrera, en lo personal me regaló conocer a tantas personas maravillosas a lo largo de estos 20 años, dentro y fuera del medio, también así, la satisfacción de haberles arrancado una risa o una sonrisa a algunas generaciones de seguidores que no olvidan a ese "extraño". Este es pues la mayor recompensa que puede recibir cualquier actor, un aplauso, un gracias, un me gustó...
Así hoy digo con certeza... Gracias "extraño"